movimientorevolucionariomarzo28

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Nuestro nacimiento data de las luchas desarrolladas en la Universidad Central de Venezuela en el marco de la “Toma” de ésta casa de estudios iniciada el 28 de marzo del año 2001. Su nombre proviene de aquel día y surge de la necesidad de unificar criterios y las acciones de los múltiples grupos, sectores e individualidades que participaron en el referido conflicto impulsando la transformación de la Educación Superior en nuestro país. En consecuencia, debemos señalar que la génesis del M-28 es el fruto de un esfuerzo colectivo sumamente heterogéneo que con el pasar del tiempo permitió lograr mayores niveles de unidad política. 

 
No obstante, debe decirse que originalmente se conformó por múltiples individualidades, grupos políticos diversos y variados sectores dentro de la comunidad universitaria. Sin embargo, con el desenvolvimiento de las luchas universitarias y nacionales, la gran diversidad propia de un espacio con carácter de frente generó por un lado la aparición de contradicciones insalvables que ocasionaron la salida de importantes segmentos de la referida instancia. Por otro lado, esto redundó en la homogenización de ideas que se expresó en un viraje estratégico conduciendo a la ampliación de nuestro horizonte de lucha al pasar de un movimiento estudiantil por la transformación universitaria a una estructura política revolucionaria de corte popular cimentada en la más profunda democracia. A partir de este momento nuestra militancia comienza a estar constituida no sólo por jóvenes y estudiantes de la educación superior sino también por mujeres y hombres del pueblo que desde cada calle y cada esquina, que desde los barios, las fábricas, los campos, universidades y liceos sueñan con un mejor mañana, con un mañana lleno de dignidad y esperanza. 


En este sentido, el Movimiento Marzo-28 (M-28) en la actualidad se constituye en una organización política de carácter nacional con clara visión internacionalista, inspirada en el ideario de Simón Bolívar, amparada en el marxismo y en el legado de las luchas de todos los pueblos explotados y oprimidos del mundo por su liberación y la autodeterminación. El ideario de nuestro padre Libertador representa para nosotros el máximo referente histórico de las causas más enaltecedoras del ser humano en Nuestra América. De igual manera, suscribimos el marxismo porque es un instrumento teórico-conceptual para el análisis crítico del capitalismo, una guía de acción revolucionaria para enfrentar la voracidad de la globalización del capital y para construir el socialismo en el contexto del siglo XXI. En síntesis, en Bolívar y Marx nos encontramos todas y todos los militantes de esta organización.



Motivados por ello, nos hemos unidos en función de derrotar la cultura de la muerte impuesta por el capitalismo, superar la mercantilización de las relaciones humanas propia de éste modelo, frenar el ecocidio producido a escala planetaria por el apetito insaciable de las trasnacionales, suprimir todo tipo opresión ya sea cultural, racial, étnica, de género o etaria. Nos organizamos para el combate por la vida, por la justicia social como requisito para alcanzar la paz, por una subjetividad impregnada de amor por el otro y de solidaridad a modo de valor elemental, por el verdadero reino de la libertad del ser humano como parte integral de la naturaleza y piedra angular del quehacer socio-político. En fin, se trata de una reconsideración a fondo de la condición humana, es el incesante batallar por la utopía posible y necesaria de un mundo sin clases sociales.

Porque nuestra conciencia palpita en dicha dirección, acudimos a la savia de la historia para extraer de sus analisis más gloriosos las lecciones que se desprenden de las épicas luchas de los marginados del orbe. La enseñanza fundamental que se deriva de esto es que cada día es más legítima la combinación de todas las formas de lucha y en especial, la que se desarrolla en las trincheras de las ideas.

Bolívar y Marx nos señalaron el camino luminoso de la liberación. Bolívar con su práctica nos legó la histórica e inconclusa tarea iniciada por él: la de unidad de los pueblos y la solidaridad militante en el combate contra el colonialismo. Marx forjó la teoría para la completa redención de la humanidad al tiempo que con su ejemplo de entrega e hidalguía ofrendó su vida por la transformación revolucionaria del mundo. Uno y otro, en distintos momentos históricos y desde puntos diferentes de la corrugada superficie del globo terráqueo, crearon las armas más portentosas con las cuales cuentan los pueblos de América Latina para insurgir ante la barbarie del imperialismo y para construir el socialismo.

Somos alegría y esperanza, guerreros y guerreras del amor, un río indetenible, un brazo invencible. Somos parte del pueblo de Bolívar, un pueblo indivisible... un ejemplo de dignidad.


 

 
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